¿FORTALECER EL MOVIMIENTO COMUNAL?


Por: John Jairo Llano Cano
Columnista invitado
E-mail opcional 2:  llano166@gmail.com


Los puntos de vista expresados en este artículo, son responsabilidad del autor. La Veeduría Ciudadana al Plan Estratégico de la Comuna 6, no tiene ninguna injerencia u opinión en ninguno de los temas que se tratan en él.

Son muchas las voces en cada rincón de la patria que lamentan la situación actual de este voluntariado comunal y pareciere que se hacen miles de esfuerzos por parte de los gobiernos locales, de los diferentes niveles del mismo movimiento y de parte del Gobierno Nacional por enfrentar la crisis que cobija a los Comunales y sus organizaciones.

Imagen tomada de internet

No obstante; todos esos esfuerzos pasan inadvertidos dado el tamaño del mismo movimiento y la gran diversidad de problemáticas que deben ser atendidas.

Aunque la Ley y toda la normatividad vigente rige para todas las organizaciones; los escenarios y las dinámicas de actuación son diferentes y mientras en algunas prevalece el trabajo por sus vocaciones empresariales o los grandes beneficios en el tema de contratación, para otras su protagonismo está en hacer convites o acompañar a las administraciones en la ejecución de planes, programas y proyectos de desarrollo para los territorios.


Hay una percepción latente en la forma de interpretar la Ley y demás normas que rigen al movimiento comunal y mientras algunos se acomodan para defenderse o salvaguardar intereses particulares; también hay muchos que la cumplen y la hacen cumplir desde las Comisiones de Convivencia y Conciliación y desde las entidades de Vigilancia, Inspección y Control; pero estas interpretaciones insanas son una parte del problema de la situación actual del movimiento comunal por cuanto adolece de una mirada lógica y concreta por parte del congreso de la República, de las mismas organizaciones comunales en cabeza de la Confederación y del mismo estado para reformar la Ley o proponer otra que se compadezca de la realidad comunal que requiere el país.

Buscar responsables de la crisis en cabeza de personas es lo más fácil y hasta se convierte en el circo que todos quieren entrar a participar, pero el meollo del asunto va mucho más allá de pisotearnos, de maltratarnos, de creernos los mejores sin haber aportado lo esencial y lo peor es creer que cambiando las personas en sus cargos es lo mismo que obtener el tan deseado fortalecimiento del movimiento comunal; cuando la problemática está dada por otros factores que atañen a cada una de las más de 62.000 organizaciones y es lo concerniente a las ambigüedades de las normas, a la desatención por parte del Gobierno Nacional para formular una verdadera política pública que cobije los intereses colectivos del movimiento y sus territorios, la falta de una mirada pertinente desde cada municipio y cada departamento para que también formulen sus políticas de fortalecimiento a los organismos comunales que deben atender.


Cabe aquí tener muy en cuenta el compromiso de cada comunal y su papel para que uno a uno vayamos aportando al fortalecimiento comunal; haciendo lo que hay que hacer según el compromiso adquirido con las comunidades y no inventarse funciones que solo impiden que el otro haga su tarea, que estancan la gestión y por ende el buen desarrollo de los territorios y sus gentes que al fin de cuentas es la meta primordial de cada organización comunal.

Sesenta años de buenas historias, de historias malas, de historias con objetivos cercenados por diferentes Actores que no quieren a este movimiento, pero al fin y al cabo historias que nos ponen a mirar nuevos horizontes, nuevas maneras de hacer las cosas cuando las que estamos haciendo no están dando resultados.

No es mi propuesta de avanzada, no es mi punto de vista, nos es mi criterio, no es mi crítica admitida por unos y objetada por otros…es el esfuerzo y las ganas de todo un movimiento, es el reto del voluntariado más grande de Colombia, es la disposición de un gobierno que mura con buenos ojos a los Comunales y sus ansias de salir avantes en un país desesperanzado, son las demostraciones de un trabajo serio en el cumplimiento de las obligaciones adquiridas las que hacen patria y recuperarán este maravilloso propósito de la filosofía comunal.

Parece difícil la movilización, parece un movimiento despedazado por los individualismos, parece el caos de una organización que le ha aportado tanto al desarrollo de Colombia, parece que se nos saliera de las manos el “deber ser” para dejarnos guiar por el “dejar hacer” en manos de otros y no de nuestra parte.

Así las cosas; debemos ponernos de acuerdo con la ruta a seguir, trazarnos objetivos comunes y que le sirvan a la sociedad, mirar de manera objetiva la situación actual y no echarnos a dormir sino hacer propuestas con un seguimiento permanente de resultados.

Continuar con la búsqueda de la varita mágica para depurar al movimiento de esos cazadores de contratos que incumplen con la ejecución, de esos que desgastan la gestión de los que sí quieren avanzar en el fortalecimiento, de los que no les da pena arrodillarse por cualquier limosna a título propio, de los que han vuelto a su organización el ridículo político al venderlo al mejor postor, de los que se declaran comunales de pura cepa y nunca han hecho algo por recuperar la razón de ser del movimiento y muchos otros que escudan sus intereses personales a través de la organización que representan.

Cada día que pasa sin hacer planes de mejoramiento para nuestras organizaciones; sumado a la incredibilidad de quienes pueden apoyar el fortalecimiento del movimiento comunal en Colombia; es un día que sólo se suma para seguir contando aniversarios y decirle al país que sobrepasaremos los 60 años de historia.

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